Temporada de Peeling
El peeling se usa para el tratamiento de ciertas irregularidades de la piel: envejecimiento cutáneo, manchas pigmentadas, arrugas, pérdida de la elasticidad de la piel, acné, cicatrices, estrías.
El tipo de peeling, la profundidad, el ácido a utilizar, y la preparación previa dependen del estado de la piel de cada persona. De aquí la importancia de realizar al paciente una Historia Clínica exhaustiva, para evaluar los cuidados adecuados a esa piel en particular.
Una buena evaluación de la piel permite determinar qué tipo de ácido es el adecuado para esa persona, en ese momento y si es conveniente el uso de algún equipo de fisioterapia, ya sea en esa misma sesión o en próximas sesiones (como la electroporación, radiofrecuencia, punta de diamante, entre otros).
Cada piel es única, cada afección sistémica (diabetes, afecciones tiroideas, afecciones renales, cardíacas, etc.) influye en la piel. Esto hace necesario que al comenzar con un tratamiento de peelings, sea un profesional con experiencia el que te evalúe y determine el modo de realizarlo. Hay que tener en cuenta que no se evalúa sólo en la primera consulta, sino en cada sesión se va examinando y haciendo los ajustes que tu piel necesita en ese momento particular.
De una buena evaluación dependerán el tipo de peeling a realizar, la profundidad del mismo y el tipo de ácidos y concentración de los mismos. Estos factores determinarán si el peeling es suave o fuerte.
Las pieles muy sensibles, con un peeling aún suave pueden tener efectos opuestos (hiperpigmentación) por esto la importancia de ponerte en manos de un profesional que te evalúe correctamente y que use ácidos con las concentraciones permitidas por la normativa de Salud Pública